Machín inventa sus fichajes

Hay tipos en la vida que se merecen lo mejor. Nolito es uno de ellos. La vida le ha devuelto lo que él transmite: educación, simpatía, pasión, empatía, risas y mucha energía positiva… Los maestros espirituales aseguran que el universo es un espejo que te devuelve lo que le entregas y con este simpático sanluqueño se demuestra que esta práctica vital puede ser real. A Nolito lo hemos visto en el Sevilla caerse de espaldas, resbalarse, tirar a puerta con la fuerza de un niño chico, pegar carreras alocadas sin sentido, devolver a un compañero un frigorífico en una pared… Nolito ha desesperado a los aficionados. Algunos, como es mi caso, lo daba por un caso perdido. Pero nunca perdió la sonrisa, las ganas, la ilusión, la humildad y la capacidad de empezar cada partido como si fuera el primero. Y su fe, por fin, obtuvo el resultado soñado con una actuación extraordinaria en el enésimo golpe en la mesa que el Sevilla dio en San Mamés.

Su alineación me pareció una irresponsabilidad de Machín, pero su partido acabó siendo un acierto de un entrenador que está sorprendiendo a todos por su capacidad para producir cosas buenas y la reacción de un tipo que no se ha rendido. Tuvo en Bilbao la última jugada de cartas y la ganó. Por primera vez desde que llegó a Sevilla, Nolito jugó de Nolito. La impotencia le había llevado a acudir a un fútbol de empujones, presiones alocadas, sacrificios extremos sin sentido en las carreras hacia atrás. Jamás lo vi tirarse más al suelo… El día de su confirmación.., Nolito jugó de Nolito. Se colocó en posiciones de mediapunta, se limitó a crear, a dar pases, a imaginar. Ha vuelto, y ésa es una gran noticia porque Machín suma a uno más. A falta de fichajes, el entrenador los inventa.

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