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Homenaje del Sevilla antes de ir al Camp Nou. Un clásico diría que fue una victoria por aplastamiento. Efectivamente, no hay ley más impepinable en el fútbol que la del gol, y cuando Ben Yedder hizo el primero las aguas comenzaron a abrirse. Y eso que el partido estaba raro, ni para uno ni para otro. El Sevilla trataba de salir al contragolpe aunque con imprecisión. Los tiros a Oier fueron flojos. Poca fe, en líneas generales. Encima, dos lesionados, Sergi Gómez y Aleix Vidal. Algo está pasando. Tantos problemas musculares acumulados al mismo tiempo no puede ser casualidad. Caparrós, fiche. Pero decíamos que el gol lo cambia todo y cuando los dos buenos delanteros que tiene este equipo se mostraron en el área, al Levante se le acabó la convicción, que tampoco había sido mucha hasta ese momento. Quizás si hubiera entrado el tiro al palo tras el 1-0...
El Sevilla se colocó atrás y salió rápido arriba, con un Promes que ha roto –aquí en el Sevilla, me refiero- en un futbolista muy interesante. Aplicado en la banda izquierda, desde luego no peor que Escudero, la segunda parte fue suya. Generó de todo: goles, penalti, peligro máximo... Ha caído de pie este jugador. No se sabe bien el motivo, pero la grada lo quiere. Y jugando así, se pueden imaginar. Con Promes a este nivel, inquietan menos las lesiones de Navas y Aleix Vidal. También muy bien Wober. Un central nunca se debe complicar la vida y cuando te presentan en sociedad, menos. Bien sacando el balón, bien en el marcaje, bien de agresividad… Interesante aportación. A base de goles, el Sevilla terminó pletórico. Olvidó su crisis y la grada, como sus jugadores, se centró en el partido de Barcelona mandando cánticos sobre la garra que habrá que poner en ese partido, que debe ser mucha. Vamos a ver si es verdad eso de que el Barça tira la Copa. No tengo ni idea de lo que hará Valverde.
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